El estudio moderno de los asteroides puede fecharse en plena Ilustración, cuando un meteorito cayó en la localidad francesa de Lucé, en el año 1768 y que fue estudiado por científicos de la Academia de Ciencias de Francia. Si bien en ese momento no se llegó a aceptar de forma rotunda el origen extraterrestre de estos cuerpos, varios impacto acaecidos en Europa durante las siguientes décadas hicieron que naturalistas y científicos de la época acabaran abrazando la hipótesis de las caídas.
La mayor parte de los asteroides se encuentran situado en una región conocida como el "cinturón de asteroides" o "cinturón principal" situado entre las órbitas de marte y júpiter.
Los peligros que pueden causar:
Los meteoritos de menor diámetro solo se desintegran al llegar a la atmósfera terrestre y llegan a la corteza en menor intensidad provocando daños leves, pero un meteoro que mida entre unos 100 a 200 diámetros puede ocasionar grandes desastres en el planeta como un tsunami si llegase a caer en el océano o puede ocasionar la muerte de muchas personas a nivel local si llegase a caer en la tierra.
Asteroide del juicio final:
este mega asteroide mide aproximadamente unos 325m de diámetro Desde su descubrimiento, se estimaron dos aproximaciones extremadamente peligrosas: las que tendrán lugar durante 2029 y 2036. En un primer momento, los cálculos arrojaron una gran probabilidad de impacto para 2029 del orden de 1 entre 37 (2,7%). Afortunadamente, observaciones posteriores permitieron refinar los cálculos descartando la posibilidad de impacto en 2029, pero manteniendo cierta cautela con la de 2036, dado que la alteración orbital producida por el paso de 2029 podría precipitarlo hacia el planeta en su siguiente aproximación de 2039.
Asteroide del juicio final:
este mega asteroide mide aproximadamente unos 325m de diámetro Desde su descubrimiento, se estimaron dos aproximaciones extremadamente peligrosas: las que tendrán lugar durante 2029 y 2036. En un primer momento, los cálculos arrojaron una gran probabilidad de impacto para 2029 del orden de 1 entre 37 (2,7%). Afortunadamente, observaciones posteriores permitieron refinar los cálculos descartando la posibilidad de impacto en 2029, pero manteniendo cierta cautela con la de 2036, dado que la alteración orbital producida por el paso de 2029 podría precipitarlo hacia el planeta en su siguiente aproximación de 2039.
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